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¡Por negligencia murió de COVID el CHAMÁN DE LORETO!


De poco o nada sirvieron los esfuerzos y las súplicas de los familiares para que el Director del Hospital Comunitario de Loreto, lograra responder y generar opciones inmediatas para salvar la vida de Alfredo Villaseñor De Los Santos, un quiropráctico avecindado en Loreto, Baja California Sur, donde brindó y desarrolló sus habilidades, siempre con gran vocación de servicio y empatía, incluso atendiendo a domicilio durante esta pandemia, y donde muy probablemente, pudo haber contraído el virus SarCov2.


Evidentemente este lamentable hecho que presume negligencia médica, puso de nueva cuenta a prueba varios elementos que son vitales dentro sistema de salud estatal y frente a los retos de la emergencia que vivimos, esto son: 


La realidad sobre los recursos disponibles para atender a la ciudadanía proveniente de población abierta y sobre todo, lo que definitivamente no cuesta un peso, la ética, profesionalismo y probidad de la que carecen algunos médicos. 


En tal tesitura, hoy, con la muerte de Alfredo, reprobaron, desnudando sus carencias y la escasa capacidad resolutiva para atender a los pacientes que pasan por esta enfermedad y se ubican a muchos kilómetros de la capital, La Paz, como fue este caso.


ESTOS SON LOS HECHOS

Hace siete días Alfredo Villaseñor de 46 años fue diagnosticado con SarsCOV2 e ingresado de urgencia al Hospital de la Comunidad de Loreto, perteneciente a la Secretaría de Salud con impresión diagnóstica de infección aguda, no especificada en la vías respiratorias inferiores, donde fue atendido durante seis días, con varias deficiencias, como información escasa y falsa expectativa de mejoría, falleciendo el día 8 de septiembre, derivado de la enfermedad, pero también como efecto de la abulia e incapacidad del  directivo que dejo de hacer su trabajo  para lo cual, juro a su profesión.


IRREGULARIDADES QUE DENUNCIAN FAMILIARES

Permanentemente, se generó una falsa información sobre una supuesta mejoría que terminó no siendo tal, ya que la salud mermaba, agravándose gradualmente.


Se afirmaba que estaba oxigenándose, sin explicar o notificar que el paciente llegó al nivel de 40% de oxigenación, un día antes de morir.


Ante los escenarios de agravamiento y la falta de respuesta oportuna para el traslado a la ciudad de La Paz o Ciudad Constitución, se pidió al director del nosocomio, Dr. Víctor Manuel López Soto, que si era necesario, se podrían buscar los recursos económicos para mejorar su estado de salud.


La respuesta, esa sí, inmediata del Dr. López Soto, fue una cotización por 18 mil 500 dólares para un traslado al Hospital “Santa Margarita” en Guadalajara, Jalisco.


Por otra parte, se solicitaron al mismo tiempo, las evidencias de la solicitud de traslado a Ciudad Constitución y esta fue negada reiteradamente.


Los mismos familiares señalan que de motu propio investigaron la certeza de la información otorgada con respecto a la supuesta carencia de camas en el Hospital Salvatierra de La Paz, verificando en realidad que los datos eran falsos, por información proporcionada directamente por el Administrador del Hospital.


Frente a la incapacidad de dar alternativas para salvar la vida del paciente, la familia hizo contacto con el director de la Jurisdicción Sanitaria de Comondú-Loreto, Dr. Alejandro Félix Álvarez  reclamo al Dr. López Soto el no informar a tiempo de la existencia de un paciente en tal estado de gravedad, como el que se encontraba Alfredo y externó que no era posible que teniendo un paciente tal circunstancia, se haya omitido informar para buscar las alternativas posibles como fue la anuencia dada posteriormente y luego de intensas gestiones para el traslado al Hospital de Ciudad Constitución, en gran medida gracias a la anuencia e intervención de su Director, Dr. Gustavo Sergio Morales Pérez, quien mostró, así lo afirman los familiares, en todo momento, plena disposición 


Nosocomio al que por desfortuna de un desenlace funesto, no alcanzó a ser atendido, muriendo en el trayecto, en Ciudad Insurgentes. 


Una vez, ya el cuerpo en Loreto, el Doctor López Soto, de una manera inconsciente, dio como ultimátum, dos horas para retirar el cadaver.


Dia Morales, familiar, agradece a los enfermeros y doctores que atendieron a Alfredo y expresó con tristeza  la incapacidad mostrada por el personal  que ante la inminente intubación, nadie fue capaz de hacerlo, habiendo dos anestesiólogos en servicio.


Asimismo, reclamó sobre el trato inhumano durante el proceso de aplicar sin anestesia el CPAP (Dispositivo de Presión Continua Positiva)  que se utiliza en las vías respiratorias que proporciona aire a una presión predeterminada a través de una mascarilla, y agregó con todo pesar, que luego de aplicar todos los recursos a su alcance y agotar todos los contactos en todas las instituciones públicas, la consecuencia fue su muerte.


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